El año pasado la pequeña niña se encontraba en el parque jugando con su bicicleta cuando de repente algo le cayó en el hombre derecho, al voltear noto que era una grande hoja verde que provenía de un alto roble de aproximadamente 300 años, el tronco era oscuro lleno de moho por todas parte. D el se desprendían decenas de largas ramas gruesas que albergaban centenas de insectos y roedores. La pequeña niña no hizo nada más que admirarlo boquiabierta, al tomar la verde hoja lo único que pudo pensar que debía ser una entre millones, pero con el solo hecho de ser parte de ese gran árbol era inmensamente afortunada, y se dio cuenta que al igual que la grande verde hoja ella era afortunada por ser parte de este mundo.
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